Harto de vacaciones previsibles desembarqué en la ciudad de las fotografías
perdidas. No es un lugar especialmente turístico, pero allí podrán disfrutar de
lo lindo los especialistas en la teoría y la historia de la fotografía. Un
inmenso edificio de forma rectangular es la única construcción. La nave posee 30
plantas de altura y un número indeterminado de sótanos. En la entrada encontramos una larguísima mesa con
conexiones eléctricas y de internet. Un potente ordenador negro nos permite
acceder a las copias fotográficas en papel y otros soportes y a los procesos
fotográficos fotoquímicos más variados que por una razón u otra han sido
abandonados o han acabado destruidos. Una gran computadora blanca contiene todas
las imágenes digitales asesinadas en las papeleras de reciclaje de los
ordenadores, cámaras fotográficas y otros dispositivos móviles o fallecidas por
muerte súbita en discos duros, tarjetas de memoria, pen-drives, Cds y otros
soportes. En este lugar no hay avenidas, plazas, hoteles, ni restaurantes, ni
cuartos de baño. Pero los visitantes interesados por la fotografía no los
echamos en falta. He pasado horas
maravillosas recuperando cientos de imágenes que había extraviado por una cosa
o por otra. También tuve la oportunidad de redescubrir los álbumes perdidos de
Adolf Hitler, las fotografías rotas, cortadas o quemadas de las parejas que se
separan, las imágenes menos favorecidas de las modelos, las fotografías extraviadas
en correos, las fotos que se rompen, tiran o queman cada vez que se muere
alguien, los negativos destruidos por los “artistas fotógrafos” para
revalorizar sus copias únicas o limitadas, las fotos más o menos atrevidas
destruidas por censores, las fotografías que llevaban los prisioneros en los
campos de concentración nazi, las fotografías que destruyeron los fotógrafos
republicanos españoles, los “contrarrevolucionarios” soviéticos desaparecidos
en las fotografías y normalmente en la vida real y un casi infinito número de imágenes
que creía extraviada para siempre. Con
todo este material voy a preparar un novedoso estudio sobre la historia de la
fotografía. Busco un editor valiente que se atreva a publicarlo.