En sus inicios la fotografía
fue un medio de información, una tecnología para conocer o reconocer
gentes, espacios y sociedades. A mediados del siglo XIX los más acomodados acudían a un estudio fotográfico a retratarse. A finales del siglo XIX el alpinismo, el
excursionismo y la fotografía turística dio lugar a la foto-recuerdo: en ella
el fotógrafo aficionado combinada imágenes de los lugares de su viaje con el autorretrato. A principios del siglo XX
tuvo cierto auge el autorretrato de carácter artístico y/o personal. Con la
tecnología digital y los palos de selfie se pasa de hacer fotos a hacerse
fotos. La cámara deja de ser una ventana abierta al mundo para transformarse en
un espejo.