Algunos pensadores comentan que con los recortes hemos retrocedido 30 años.Yo estoy bastante de acuerdo con ellos. Ahora estamos otra vez en 1984 en el sentido más orwelliano de la palabra. La utopía negativista del escritor británico renace en pleno siglo XXI y nos machaca hasta en el carnet de identidad o en la tarjeta sanitaria a los afortunados que la posean.