Al fotógrafo e historiador Bernardo Riego le gustaba tomar fotos de turistas durante sus vacaciones. En realidad fuí yo quien le rogué que me las tomará, por aquello de tener un recuerdo. Nosotros estábamos en un congreso de Historia de la fotografía en Toulouse. Por entonces también estaba interesado en las sombras. Pero no tanto como ahora. En aquel congreso nos dieron de comer estupendamente. Y de beber más de la cuenta. Nunca me emborrachado, ni nada parecido. Pero en una de las jornadas nos dieron vino para comer, a media tarde visitamos una licorería con degustación incluída. Por la noche una cena con varios vinos, auténtico champán francés y licores varios. Aquella noche tuve dolor de cabeza y dormí bastante mal.
Los congresos de la Sociedad europea de Historia de la fotografía (ESHP) me ayudaron a contactar con especialistas del resto de Europa. Tuve la suerte de conocer, entre otras cosas a Helmut Gernsheim.
