Tras la muerte de una dentista india en la retrógrada y antiabortista irlanda nos podemos quedar muy a gusto mandanlo al infierno a los sanitarios que practican una objección de conciencia criminal, a los políticos que legislan leyes que violan los derechos humanos y a los santos barones de la iglesia católica que viven en un reino que ya no es de este mundo.
Esa muerte nunca debió ocurrir. En este contexto la pintada recobrar protagonismo, sabiduria y justicia.