Existen castigos crueles, inútiles y hasta misteriosos. Estos bidones disfrutaron su momento de gloría cuando llevaban en su seno agua mineral. Tampoco lo pasaron mal con personas que bebían el preciado líquido para refrescarse, en forma de té a la menta o de sopa de pescado. Resulta desolador verlas así, atadas en corto y expuestas a la intemperie y medio llenas o medio vacias de agua del grifo o de substancias desconocidas. Mala suerte.