Este antiguo carro de supermercado salió a conocer mundo y ahora recorre las calles de Barcelona en busca de papeles reciclables, bañeras pasadas de moda, juguetes rotos, ordenadores desfasados, hierros varios y electrodomésticos infartados. Ahora descansa en compañía de motos y coches. Sin duda su trabajo es más sucio y cansado. Pero pasarse la vida en el supermercado de El Corte Inglés o en el Mercadona debe ser muy aburrido.
Al fondo puede observarse que los tiempos cambian y ascensores urbanos ayudan a suavizar la orografía de un barrio como el Turó de la Peira. El paisaje humano también cambia y se internacionaliza.