Si existen plazas mártires la de Virrey Amat de Barcelona es una de las más castigadas. Cada reforma de los descerebrados urbanistas del Ayuntament de Barcelona la dejan peor. Eso sí, la miseria continúa. Por otra parte, recordar la campaña que reivincidava cambiarla el nombre del impresentable Virrey del Perú por el del poeta catalán Joan Salvat Papassell.