Las patatas más pequeñas y sus peladuras han servido tradicionalmente para alimentar a los cerdos convenientemente chafadas y hervidas con harina, remolacha y cosas por el estilo. Durante la postguerra española demasiada gente se alimentó de cosas parecidas. Deseo con todas mis fuerzas que el hambre no acabe por tomar asiento de nuevo en nuestro país.