lunes, 22 de abril de 2013

Historia de unos besos

Alberto se reconfortó y alegró por el beso en la mejilla que le regaló Inés, la veinteañera hija de unos amigos que estudia en música en el conservatorio. En cambio el beso de Laura, su ex, le supo a descafeinado. Entre ellos quedaba mucho afecto y cordialidad. Con ambas tuvo buen rollo y guarda grato recuerdo de los encuentros. Pero las exparejas metamorfoseadas en amistades mantienen una distancia, una frialdad y un resentimiento impropias de la verdadera amistad y que normalmente no se diluye con un beso apasionado o con un revolcón de antología. Los recuerdos rotos y los proyectos desechos sobreviven a la realidad y al deseo.