La crisis está sobrada de túneles sin salida y de puertas y ventanas demasiado turbias. La soluciones fáciles suelen dar gato por libre. Pero las alternativas de la troika, Rajoy, Mas y compañía nos llevan al huerto de la pobreza y la desesperación. En este contexto la señora De Cospedal tiene la desvergüenza de llamar totalitarios, antidemocráticos y nazis a los participantes en escrachers.