No se que tienen tus manos,
que dibujan en el aire
palabras de terciopelo,
amapolas de esperanza
y surtidores de fuego.
No se que tienen tus manos,
despiertan mi fantasía,
ahuyentan todos mis miedos,
y en las horas de silencio
alumbran mi desespero.
No se que tienen tus manos,
inventan lenguajes nuevos,
ocupan todos mis huecos
y sin ellas vagaría solitario,
como un perro.