La fotografía espiritista era una materia habitual de las revistas de fotografía. El siguiente texto fue publicado en la revista barcelonesa La Fotografía Práctica en 1910. Refiere una noticia aparecida en el diario Daily Mail sobre una comisión encargada de estudiar la fotografía espiritista:
“Las fotografías de espíritus.-
El Daily Mail, para dilucidar lo que hubiera de cierto en la debatida cuestión de la fotografía de los espíritus, nombró una comisión, compuesta de personas caracterizadas y peritas, para que dictaminara sobre el particular. La decisión del grupo de observadores ha sido adversa á los intereses de los espiritistas, y, por lo tanto, no ha recibido la aprobación de éstos; pero sería locura el querer convencer á los miembros de una secta de lo absurdo de sus procedimientos, sobre todo si son de los que dejan dinero; pues aunque los espiritistas han hablado de la fotografía de los espectros como un descubrimiento científico, lo cierto es que les ha servido como un espléndido filón para obtener recursos pecuniarios.
En vista del dictamen de la comisión, los espiritistas que formaron parte de ella se han refugiado en algo que pudiéramos llamar dogmático. Siempre que se ven cogidos por las conclusiones de la ciencia, deducidas de experimentos llevados á cabo de la mejor fe y como lo prescriben los cánones científicos, dicen una de dos cosas: ó que las experiencias no se hicieron en las debidas condiciones conforme á sus ritos, ó que los espíritus no han de mostrarse ante los incrédulos.
La comisión que estudió los fenómenos fotográficos se hallaba compuesta de tres espiritistas, tres fotógrafos peritos y un presidente, jefe y ordenador de los debates. La parte del dictamen que corresponde á los espiritistas es un modelo de los documentos que oponen los sectarios á la ciencia. Uno de los espiritistas que formaron parte de la comisión, Mr. Sinett, fué el iniciador de las investigaciones: él mismo escogió á dos de sus correligionarios para que se encargaran de ayudarle en las investigaciones; el presidente de la comisión era absolutamente neutral y su misión no era más que ordenar los debates; los tres fotógrafos, peritos en su arte, se encargaron de las manipulaciones y del control de todo lo que se relacionara con los trabajos fotográficos.
Los tres espiritistas rindieron su informe al jefe de la comisión y en él empezaron por decir que, para que alguien llegue á darse cuenta de los fenómenos provocados por la presencia de los espíritus, se necesita una educación especial acerca de lo que con los espíritus se refiere. Seguramente que si descontamos todo lo que de fotógrafos hayan tenido los peritos, para sólo tomar en consideración lo que tenían de espiritistas, es inútil seguir; pero hay que considerar otra cosa, de lo que no hacen mención los espiritistas; ¿cuales son los conocimientos que éstos tienen en el arte fotográfico? ¿Han hecho un estudio que les permita determinar los fraudes que se pueden hacer con las placas fotográficas cuando se trata de retratar objetos inmateriales que no tienen superficie y que no tienen por qué reflejar la luz?
Dicen también los espiritistas que hay que tener en cuenta cierta actitud poco afortunada de los miembros no iniciados; pero si vamos á concluir que unos peritos fotógrafos, de práctica y conocimiento reconocidos en su arte, provistos de los mejores aparatos y con la mejor voluntad, no son aptos para las investigaciones científicas, ¿en quién debemos tener confianza? ¿Serán más concluyentes las teorías de Mr. Sinnet y sus secuaces que los resultados obtenidos con las cámaras más sensibles y perfectas? Si esto es así, y lo indican las palabras de Mr. Sinnet, hay que confesar, con Euclides, que este es un estado de cosas ‘que es absurdo.’
Volviendo la cara al informe de los fotógrafos se siente un alivio, porque se sale del terreno de las suposiciones é hipótesis para entrar al de los hechos consumados. Los peritos se dedicaron á las experiencias sin prejuicio ninguno y deseando sólo hallar lo que hubiera en ellas de cierto. ¡Qué gran triunfo hubiera sido para los espiritistas el que el informe les hubiera sido favorable! Pero como no lo fué, tuvieron que salir de la dificultad como pudieron, y, para ello, declararon que los espíritus no habían querido mostrarse ante los incrédulos. Creemos que es este un mal fin para un dictamen científico.” (La Fotografía Práctica, 1910, 90-91)
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