Ahora vamos a estudiar los usos de la fotografía psiquiátrica y de la fotografía policial en Barcelona. También dedicaremos un apartado a la utilización de la fotografía en la vigilancia de la prostitución. En general encontramos ejemplos similares fuera de España. La naturaleza reservada y en ocasiones escabrosa de estos asuntos, hace que las fotografías escaseen. Sin embargo, los documentos escritos que ponemos a disposición del lector, son de un gran valor histórico y sociológico. A continuación exponemos nuestra investigación sobre diversos aspectos de la utilización de la fotografía por médicos, juristas y policías en la ciudad de Barcelona (1867-1936).
El Dr Tomas Dolsa y el Instituto Frenopático de las Corts
Las primeras aplicaciones de la fotografía médica se realizan, de una manera sistemática, a partir de 1848. Las enfermedades psiquiátricas y neurológicas fueron el tema principal de los primeros proyectos de fotografía médica. La mayoría de los modelos de estas fotografías son mujeres que están alojadas en hospitales psiquiátricos públicos. A mediados del siglo XIX permanecer internado en un hospital público era sinónimo de pobreza y en muchos casos de muerte inminente.
La mejora de la condición de la mujer no fue paralela al proceso de libertades socio-políticas desarrollado en el siglo XIX. Tan sólo los varones pertenecientes a las clases dominantes estaban en condiciones de disfrutar plenamente del cambio social. En la mayoría de los proyectos fotográficos tratados a continuación observamos un claro contenido clasista y sexista. El supuesto uso científico de la fotografía se transforma en una descarada manipulación para "demostrar" la predisposición de determinados colectivos a realizar cierto modelo de comportamiento.
Para comprender el desarrollo de la fotografía en neuropsiquiatría debemos considerar la existencia, a mediados del siglo XIX, de una auténtica obsesión en reflejar el rostro humano por medio de la fotografía. Este interés respondía a criterios sociológicos, económicos, pseudocientíficos y científicos. Dentro de estos últimos destaca la obra del profesor Duchenne de Boulogne.
Los inicios de la fotografía psiquiátrica en Barcelona
Los primeros documentos sobre la utilización de la fotografía médica en Barcelona se conservan en el Instituto Frenopático de Las Corts. Hospital psiquiátrico fundado en 1863 por Tomàs Dolsa i Ricart (1816-1909), y Pau Llorach i Malet (1839-1890). En 1863 el doctor Tomàs Dolsa viajó a Francia para informarse de la aplicación de la fotografía a la psiquiatría.
En el archivo del Instituto frenopático de Las Corts se conserva un documento datado en torno a 1863 y titulado Fotografía como medio diagnóstico en el conocimiento de la locura. Este texto se publicó, con pequeñas modificaciones, en el libro de Dolsa y Llorach (1874) Instituto Frenopático. Manicomio establecido en las Corts de Sarria. En esta obra se comenta la instalación de un estudio de fotografía del que no queda ningún testimonio gráfico: “Hay un magnífico taller de fotografía, cuyo destino será objeto de un capítulo aparte.” (DOLSA; LLORACH, 1874, 16)
El doctor Dolsa compara la fotografía al telescopio y al microscopio. Dolsa define a la fotografía como, “el arte de fijar por medio de la acción química de la luz la imagen de los objetos esteriores.” Dolsa relaciona el uso de la fotografía con la escultura y con el dibujo científico: “(…) pintores, escultores y fotógrafos, que eternicen en sus gabinetes, la serie de representaciones mórbidas que en el decurso de su enfermedad se dan tan claramente.” (DOLSA, 1863, sp)
Dolsa explica que el valor del dibujo y la fotografía psiquiátrica fue señalado por Jean Etienne Dominique Esquirol (1772-1840), Joseph Guislain (1797-1860), M. Leurent y Benoit Auguste Morel (1809-1873), responsable de la instalación de un laboratorio fotográfico en Saint-Yon. Loret hizo lo propio en el asilo de Quatremares. No cita, en cambio, a reconocidos pioneros de la fotografía en neurología y psiquiatría como Duchenne de Boulogne y Hugh Diamond.
Dolsa anuncia el valor de la fotografía como medio de diagnóstico y comenta la adquisición de un equipo fotográfico. El taller de fotografía del Instituto Frenopático de Las Corts estaba, al parecer, en pleno funcionamiento en 1882. Tal como comenta el cronista Cornet y Mas (CORNET, 1862, 362) y como señala el doctor Dolsa:
“Encierra al propio tiempo, dos cuerpos de edificio aislados por una espaciosa plaza, cuyo destino indicaremos luego. Hay un magnífico taller de fotografía, cuyo destino será objeto de un capítulo aparte.” (DOLSA, 1874, 16)
También disponía de un álbum con fotografías psiquiátricas:
“Admitido en el que nos ocupa, como medio diagnóstico en el conocimiento de la locura, las diferentes posiciones, actitudes y faces porque pasa el conjunto clínico del hombre alienado, se perpetua esta parte de examen práctico por medio de la fotografía, y se cuenta con un álbum completo de ejemplares de las diferentes especies nosológicas conocidas.” (CORNET, 1882, 364)
Estas son las únicas referencias que hemos localizado sobre la utilización de la fotografía psiquiátrica en el manicomio de Las Corts.
Giné i Partagás
El doctor Giné también se dedicó a la psiquiatría. En 1857 fundó y dirigió el manicomio de Nueva Belén. En 1878 Giné publicó un manual sobre psiquiatría Tratado teórico-práctico de Frenopatología ilustrado con dibujos, pero sin fotografías. En sus trabajos psiquiátricos no hemos encontrado referencias al uso de la fotografía.
La fotografía en el manicomio de Sant Boi
En el manicomio de Sant Boi, fundado en 1854, se utilizó la fotografía como terapia. En 1892 el doctor Artur Galcerán Oranés (1850-1910) publicó El moderno Manicomio de San Baudilio de Llobregat, donde nos dice lo siguiente:
“La ganadería y la labranza ocupan un gran número de asilados, mayormente durante la recolección de los granos, frutas y flores. Se han construído talleres para carpinteros, ebanistas, pintores, impresores, encuadernadores, fundidores, herreros, sastres y además una especiería, una farmacia, un depósito de granos y una librería. Los libros se imprimen, se encuadernan y se venden por los mismos colonos. Predominan los libros de enseñanza religiosa y de moral. Los planos y proyectos de construcción se forman en el taller de los arquitectos. Hay talleres de cromolitografía y fotografía, mereciendo elogio los especiales trabajos de esta sección.” (GALCERÁN, 1892, 33).
“Al frente de cada taller hay en San Baudilio un director y los oficiales necesarios, cuyas personas gozan de integridad mental. A su cuidado están confiados los enfermos y á su cargo tienen la enseñanza de éstos y el señalamiento de los emolumentos a que se hacen acreedores los orates según la calidad y calidad del trabajo realizado.
Los talleres que en la actualidad funcionan son: la panadería, la herrería, la carpintería, la ebanistería, la sastrería y la zapatería y recientemente el de fotografía que es de utilidad suma, a título de auxiliar del estudio de las manifestaciones expresivas de las vesanias.” (GALCERÁN, 1892, 65-66)
Lluís Barraquer i Roviralta
Es necesario señalar la utilización didáctica de la fotografía médica por parte del neurólogo catalán Lluís Barraquer i Roviralta (1855-1928). En su archivo fotográfico, existen numerosas reproducciones de libros de medicina, que utilizó para dictar clases y conferencias. Sus fotografías clínicas suelen ser de muy buena calidad. En muchos casos puede apreciarse una influencia del doctor Duchenne de Boulgne. Barraquer trabajaba de forma habitual con diapositivas de vidrio. A su muerte dejó una colección de unas 2.000 placas.
Textos
Tomas Dolsa, (circa 1863): FOTOGRAFIA Como medio diagnóstico en el conocimiento de la locura
“Definiremos primero esta importante parte de la física experimental, unida con vínculos indestructibles al tratado de óptica en especial, por ser una de aquellas divisiones que sin disputa ha prestado más recursos a las ciencias de observación. Ella nos ha ofrecido una serie de lentes de una aplicación inmediata, como agentes vivos del sentido de la vista. Nos ha legado el telescopio, cuya potencia de acción a larguísimas distancias, nos pone en relación con otros mundos, que sin su auxilio nos serían completamente desconocidos. Nos ha legado el microscopio, cuyos usos en medicina son bien conocidos de todos; tanto que en la sección de anatomía se ha hecho una subdivisión de ella conocida con el nombre de anatomía microscópica: instrumento que engrandece considerablemente las imágenes de los cuerpos, como vivos: poniéndonos igualmente en relación con otro orden de cuerpos, así muertos, como vivos, que en vano nos esforzaríamos, o se esforzarían los ojos del mejor observador para descubrirlos. De todos modos, la óptica ha engrandecido asombrosamente la esfera de actividad del hombre, y el hombre a fuer de inteligente no se cansa de ensanchar cada día más sus útiles aplicaciones. La fotografía es una de ellas. La fotografía es pues, el arte de fijar por medio de la acción química de la luz la imagen de los objetos esteriores.- Pasemos al objeto.
Cuando el hombre se entrega a meditaciones profundas, cuando se concentra para estudiar las cualidades y acciones humanas, extiende sus miradas mucho más allá de o que forma sus materiales confines. Más, al querer penetrar la barrera más próxima, sino tiene claros conocimientos del maravilloso panorama que descubre desde luego a su vista, en vano penetrará más adentro, en vano se introducirá con ó sin mano armada en medio del laberinto orgánico, para descubrir los reflejos sublimes de la vida interior, que se ha dejado a su paso ciegamente. La pródiga naturaleza se ha esforzado siempre para ofrecer á los ojos del hombre los objetos de su codicia y no solamente en un orden, sino en todos.
Cada especie lleva en su esterior los caracteres, diferenciales y distintivos de las otras especies. Al observador práctico le basta la simple investigación para distinguirlos; y hay caracteres tan sobresalientes, que el sentido común solo basta para separarlos. Concretando nuestra cuestión en la especie humana, encontramos desde luego profundas divisiones de raza, como las encontramos de nacionalidad, de individuo a individuo, de un mismo pueblo, etc. La constitución, el temperamento físicos; la constitución y temperamento morales (más propiamente caracteres), son otras tantas fuentes de división y por consiguiente de estudio que ningún fisiólogo de hoy día las oculta. Nadie pues se atreverá a negar, que de la disposición general del organismo, no considerado bajo los diversos puntos de vista, de estructura, desarrollo, proporción relativa de los tejidos, de los órganos y de los aparatos de que consta este organismo, no dependen, las diversas constituciones; como nadie se atreverá tampoco a negar que de la disposición anatómica y fisiológica particular que resulta del predominio positivo de un sistema de tejidos, de órganos o aparatos sobre todos los demás, no resulta al temperamento. Lo que hemos dicho de la constitución y temperamento físicos, podemos decirlo de la constitución y temperamento morales. El desarrollo, las relaciones y las condiciones proporcionales entre la inteligencia y las pasiones, entre la razón y los instintos forman las diferentes constituciones morales: como el temperamento o caracteres morales no son mas que la disposición moral particular que resulta del predominio de uno o muchos elementos esenciales de la inteligencia y de las pasiones sobre todos los demás afectos del ánimo.
Todos estos elementos, todas estas diferencias las observamos en el exterior del hombre sin penetrar en su substancia, no siendo más que resultados funcionales de los órganos cuyas voluntarias y fatales acciones han ido a reflejarse a los confines del mismo. Y en prueba de ello, es que a medida que adelantamos en edad, tales diferencias se hallan cada día más de relieve.
Este modo positivo de ver un grande libro abierto á las consideraciones más sublimes de la filosofía. Dígase sino, cuando el hombre se entrega a representaciones materiales, cuya presencia dejó de ser, ó cuya distancia le separa de mundo o mundos, si ve otra cosa que los reflejos exteriores que impresionaron su facultad sensitiva; no es otra cosa que la imagen ideal de la representación, que sin hacer mención de sus cualidades, es decir, que sin penetrar en su interior lo distinguímos por solo sus signos exteriores, por solo su representación esterna.- “Así es que hasta pensando en Dios, en el mismo acto que afirmamos, que es espíritu purísimo, se nos ofrece en la imaginación bajo una forma sensible. Si hablamos de la eternidad, vemos al anciano de los días tal como lo hemos visto en los templos; si de la inteligencia infinita, nos imaginamos un piélago de luz; sí de la infinita misericordia nos retratamos un semblante compasivo; si de la justicia un rostro airado," (Balmes, Filosofía fundamental). Cuando Murillo pintó á la Virgen, ¿qué se propuso? que el crítico descompusiera los colores para juzgar del mérito de una colosal obra. Quien dice de Murillo, dice de los demás pintores, o de sus producciones ¿vamos a buscar su valor en la substancia? de ninguna manera; lo buscamos solo en el orden y disposición de ella, representada por la colocación de los colores...
Si de esto descendemos á la inspección de las cualidades morales e intelectuales del hombre, considerando sus sublimes reflejos en ese cuadro que nos hiere primero la mente, seguros que no veremos en él otra cosa que la imagen fiel de los afectos pasados y presentes del ánimo. Cuando Zeuxis recibió el encargo de pintar a Venus, ¿buscó los elementos de su formación más allá de la hermosura o de la belleza que ofrecen los tipos más acabados en este orden? Nada de esto; la belleza es una representación sensible que en vano la buscaríamos mas allá de la belleza real, pues que a la infinita e ideal solo descendemos por inducción: y para que en nuestra mente se representen una y otra, es necesario reducirlas a formas sensibles, a formas impresionables, a imágenes representativas de ellas.
Sin esto el hombre no vé, es ciego, su intuición es imposible. Zeuxis se posesionó de los tipos más acabados que encontró en la pluralidad, y de la multitud de representaciones compuso una unidad que en nada se parecía a ninguna de ellas, pues era más bella que todas; fue la imagen sensible de la hermosura, de la belleza real, de la belleza física Los escultores y todos los que se ocupan en la representación de los afectos del ánimo en la fisionomía de sus modelos ¿son acaso otra cosa que copiadores fieles de los que la fisionomía encuentran, en sus diversas pasiones, vicios y virtudes? Si á los artistas, pues, les sirve las fisionomía del hombre de modelo para simbolizar sus diversos afectos esculpiéndoles en el mármol, en la madera, para legarlos a la posteridad ¿por qué razón los médicos alienistas, que tiene en la fisionomía de sus enfermos dibujados de relieve los elementos característicos de sus dolencias, no han de ser otros tantos pintores, escultores y fotógrafos, que eternicen en sus gabinetes, la serie de representaciones mórbidas que en el decurso de su enfermedad se dan tan claramente? Al médico alienista no le debe ser indiferente; y este medio de investigación que nosotros seguimos, aconsejamos o recomendamos, le es sumamente útil.
Puesto que de la fisionomía hablamos, ¿qué es la fisionomía? El conjunto de representaciones físicas y fisiológicas observables a la simple inspección, indicadoras de otras tantas representaciones morales, intelectuales y afectivas del hombre. ‘La fisonomía es el hombre’ (Bufon). Se la ha llamado también ‘espejo del alma’. Resultante móvil de las expresiones particulares, refleja en efecto, como dejamos indicado en la definición, de las diversas fases de la inteligencia, de los sentimientos, de los instintos, de las pasiones vicios y virtudes y caracteres.
Si para demostrar el interés profundo que debe inspirar á los alienistas, hiciéramos una reseña histórica de los hombres que se han dedicado en esta parte, veremos que Hipócrates mismo debe una importancia superior al estudio de la cara; y que este estudio ha sido imitado por sus más ilustres sucesores Ariosto, Adamansio, Molier, Lavater, Porta, Curdan, Levi, Lachambra, Lepeletier y otros muchos.
La medicina mental no puede olvidar, ni desconocer la fotografía como medio de diagnóstico. En la locura el trastorno de la fisionomía toma con frecuencia exageradas formas y proporciones, ofreciendo según la naturaleza de la perturbación intelectual los aspectos más bizarros, los contrastes más señalados, la concentración o movilidad más sorprendente. Estas se han observado y se observan en los enfermos: y para que no se borren jamás de la memoria del observador, se pide a la fotografía que los reproduzca. Su valor clínico ya viene señalado en el precioso de M. Esquirol, en las; Lecciones orales sobre las frenopatías de M. Guislain, y en el tratado de clínica mental de M. Morel.
En Francia ya empieza en algunos establecimientos a funcionar tan importante mejora, M. Leurent ha encarecido su importancia en un extensa memoria que ha publicado en los Anales médico-psicológicos. M. Morel ha establecido en Saint-Yon un taller de fotografía: Loret ha hecho lo mismo en el asilo de Quatremares y otros muchos alienistas franceses y extranjeros se preparan para lo mismo.
En nuestro instituto contamos ya también con un máquina para el mismo objeto, que no tardará mucho en funcionar y que nos prometemos de ello, una nueva vía de contento y de provecho para la ciencia y la humanidad.” (DOLSA, circa 1863, FOTOGRAFIA Como medio diagnóstico en el conocimiento de la locura)
Seguro que hay fotógrafos, investigadores e
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