jueves, 8 de abril de 2010

Sin virus. Entrevista con Oscar Laser

LA FOTOGRAFIA SIN VIRUS

Entrevista con Oscar Laser, Diorama enero 1994


Oscar Laser, Buenos Aires, 1954, es el director del Aula de Especialización Fotográfica, una escuela de fotografía situada en el barcelonés barrio de Gracia. Por su curso de iluminación han pasado reconocidos fotógrafos profesionales, en especial del fotoperiodismo. Su curso general afronta desde el principio las claves de la fotografía actual, y su nuevo curso de efectos especiales intenta dar a conocer los innumerables recursos que ofrece la técnica al arte fotográfico.

JOSE MANUEL TORRES: ¿Cuándo aprendiste fotografía?

OSCAR LASER: Hace veintidós años, instalé un laboratorio en un sótano sin tener la menor idea. Hoy tengo una idea algo mayor, pero sigo aprendiendo. Nunca estudié en ninguna escuela, y como profesional siempre tuve la sensación de que en cada encargo se me estaba pagando por aprender. Incluso ahora que dirijo una escuela sigo aprendiendo.

JMT. ¿Cuándo empezaste a dar clases de fotografía?

OL: Hace diez años, en un sitio muy grande, con el que rompí violentamente hace seis años para montar el Aula de especialización Fotográfica de Barcelona.

JMT: ¿Por qué violentamente?

OL: Mira, en una disciplina que lleva un siglo y medio de desarrollo, y con un mercado laboral muy amplio, no hay centros de capacitación oficiales. Hoy la enseñanza está en manos de empresas que capitalizan el gran interés que existe en la fotografía. De estas empresas, las más grandes son las que menos interés tienen en la calidad de los cursos, y su preocupación está casi exclusivamente centrada en la rentabilidad que pueden dar los cientos de alumnos que pasan cada año por ellas.

Como profesor tuve que tomar partido entre los alumnos, que se encontraban en una trampa de letras aceptadas y decenas de promesas publicitarias incumplidas, y la empresa; por eso la salida violenta.

JMT: Frecuentemente los estudiantes de fotografía comentan el divorcio existente entre lo que aprenden en la escuela y el mercado laboral. Existe un vacío entre la teoría y la práctica. ¿Qué alternativas propones?

OL: Son tantas las causas que originan esto que mi aporte es mínimo ante un problema tan grande. Para empezar, creo que los programas de los centros de enseñanza tienen aproximadamente un atraso de sesenta años. Hoy un fotógrafo puede desarrollar toda su carrera sin pasar por el laboratorio, y sin embargo el laboratorio en blanco y negro es la base de la enseñanza. Por otra parte el sistema de zonas no se da como eje de enseñanza del blanco y negro, sino como un producto especial que hay que pagar aparte. Perder meses construyendo una cámara de cartón y trabajar con ella, tiene la misma validez que si en la facultad de medicina se hiciesen trepanaciones o sangrías, como en la edad media. Actualmente la profesión se desarrolla en más de un 80% en color, y sin embargo los programas de enseñanza lo ven como modernidad final en un mínimo porcentaje. La diapositiva permite una didáctica mucho más agil en temas como: medición, composición, teoría de la luz y del color, corrección de dominantes, iluminación, gran formato, producción, ejercicios de retrato, moda, desnudo, reportaje, publicidad y otras ramas de la profesión. Creo que mejorar los programas es lo primero que se debería afrontar para que no exista es divorcio. Pero, ¿quién va a obligar a una empresa a hacerlo?, si la gente se sigue inscribiendo gracias a una buena publicidad, y no hay ningún organismo que certifique la calidad de sus cursos. Cambiar los programas es muy caro y es mucho más barato dejar a los alumnos creer que están aprendiendo chapoteando en revelador.

JMT: En algunos centros de enseñanza, y en muchos clubes de fotografía, se utiliza la iluminación continua de forma casi exclusiva. ¿Cómo valoras este hecho, desde el punto de vista del fotógrafo aficionado de nivel medio, y desde la perspectiva de un fotógrafo avanzado con perspectivas profesionales?

OL: En un club de fotografía es bastante lógico, en un centro de enseñanza es inadmisible. La formación de un fotógrafo pasa en gran medida por su capacidad de crear situaciones de luz para lo que el flash es imprescindible. Es posible desarrollar alternativas más económicas, pero un fotógrafo que debe cotidianamente responder de forma efectiva a encargos, tiene que dominar las técnicas de los equipos más idóneos. El problema en algunos centros es que los equipos están sólo como reclamo publicitario, pero en la práctica es imposible que los cientos de alumnos inscritos tengan tiempo material de usarlos. En otros, profesores con viejos prejuicios inculcan eso de que el flash es una luz "fría y plana", y que lo mejor es lo "natural".

JMT: ¿Es posible definir una correcta iluminación?

OL: Una buena fotografía es una buena interpretación de un momento de luz, ya sea natural o creada.

JMT: ¿Realmente es necesario utilizar flashes electrónicos avanzados, y accesorios caros para conseguir iluminaciones de valor artístico o comercial?

OL: Muchas veces una buena interpretación de una situación de luz hace innecesario un equipo de iluminación, y en caso de ser necesario con un par de flashes económicos, un buen fotómetro, y una buena capacitación, se puede la mayoría de las veces, reemplazar un equipo costoso y pesado.

JMT: ¿Desde el punto de vista técnico explícanos las diferencias en iluminar para blanco y negro, negativo color y diapositiva?

OL: El control del blanco y negro se da, tanto en la toma y en la medición como en el revelado, como un proceso único. Muchas veces el contraste de la escena se puede controlar con el revelado. En el color, en cambio, especialmente en diapositiva todo el control está en la toma y en la medición de la luz; la exigencia está allí, y no en el revelado que es mucho más rígido.

JMT: ¿Qué aportan tus cursos a la enseñanza de la fotografía?

OL: Hay tres cursos básicamente; el de técnica general, el de iluminación, y el nuevo de manipulación de la imagen. Están dirigidos a los interesados en fotografía, especialmente a los que desean profesionalizarse. Son programas nuevos, que ponen en conocimiento de la gente los equipos y técnicas actuales. Hay muy pocos grupos lo que permite a la gente tener realmente contacto con el equipo fuera de clase. Quizás la clave del Aula haya sido que una pequeña infraestructura hizo posible que pocos alumnos tengan excelentes y más económicos cursos. El Aula ha funcionado como una pequeña cátedra, en donde se ha investigado en técnicas que, literalmente, sólo se enseñan en el Aula. Es una pequeña empresa que, por supuesto, debe ser rentable, pero sin la pretensión de ser la General Motors".

JMT: Por el artículo que has publicado en FotoGuía de Barcelona, y por el catálogo de tu exposición Sin Virus, ¿da la impresión que los ordenadores no te caen muy simpáticos?

OL: La verdad es que siento sinceramente que la revolución que propone a esta sociedad la informática es negativa.

Al principio del capitalismo, la revolución industrial trajo unos cambios impresionantes, los campesinos fueron concentrados en las ciudades, y el cambio fue para todos. Hoy la informática es despiadada, reemplaza al hombre pero no le da alternativas. La desocupación es alarmante, y el aparatito se ocupa personalmente de que cada vez trabaje menos gente. En una sociedad imaginaria en donde el beneficio es común, el hecho que una empresa se informatice, y que reduzca a la mitad su plantilla sería motivo de alegría, pero en esta es un drama. De todas formas mejor corto el tema, porque me estoy alejando de la fotografía.

JMT: ¿Actualmente se utiliza cada vez la manipulación fotográfica por ordenador. ¿Podrías explicarnos en qué superan los métodos que propugnas en tu curso de efectos especiales a los métodos informáticos?

OL: En la actualidad, un equipo de manipulación por ordenador, entre el Scanner para introducir las imágenes en buena definición, un ordenador potente que permita manipular con un buen programa, y una buena salida que nos permita tansformar esa ficción electrónica que tenemos en pantalla en una imagen real, conforma una pequeña fortuna que al feliz poseedor le permitirá hacer las mismas manipulaciones que con los mecanismos tradicionales.

Cuando hablo de los años de atraso en los programas de enseñanza no solo me refiero al inicio de los cursos sino a los alcances de los mismos. Mecanismos de posterizaciones en color o sistemas similares al Dye transfer con los nuevos materiales sensibles, nunca se enseñan bien en una escuela de fotografía, y si se comenta algo esl o suficientemente distante o teórico como para qeu los alumnos lo vean inalcanzable.

Hoy hay materiales sensibles que permiten, sumando solamente al equipo habitual de ampliadora poco más que una perforadora, casi todas las funciones que hoy da el ordenador y por cada función que algún programa tiene de original hay viente de métodos clásicos que no puede cumplir.

Por otra parte, el coste del equipo es tan grande que nadie se permitirá una licencia creativa que no sea rentable, lo que le quita en gran medida el valor artístico a la obra.

El archivo de estas manipulaciones, mientras el creador no asuma el coste de imprimirlas o pasarlas a un soporte más estable, es lamentable. En alta definición, el archivo de cada paso es costosísimo cuando en mecanismos tradicionales cada paso queda archivado en miles de puntos sino en millones de granos.

En artes gráficas, en donde un cliente paga esa manipulación y su producto queda perfectamente montado, retocado o titulado en los fotolitos, el ordenador está compitiendo como es lo suyo, arrasando. Los talleres de fotograbado ya no se sostienen con el viejo scanner y las grandes cámaras, los de fotocomposición si no invierten desaparecen, y los diseñadores gráficos si no se reciclan se morirán de hambre. El proceso general de impresión se ha compactado. La redacción normal de cualquier revista tiene al ordenador como figura central, pero las fotografías mejor que pasen por afuera de la pantalla, ya que el resultado final será peor: mejor que siga los caminos clásicos.

En la escuela tenemos cientos de manipulaciones hechas en diapositiva que dentro de ciento cincuenta años servirán como material didáctico o como obras de una determinada época. Como soporte me ofrece un definición, y un color que perfectamente le pueden dar la categoría de mejor soporte de la imagen. En algo más de cinco años los soportes informáticos y electrónicos nos han introducido nuevos vocabularios, del disquette al disco duro que es más potente, de la definición vídeo a la digitalización, proyectores de diapositivas de 4.000 a 10.000 líneas. El laser disc parece lo último, pero tal como está el mercado probablemente pasado mañana nos muestre otra modernidad que dejará en la prehistoria todos estos nuevos sistemas que por el momento no han podido reproducir correctamente una diapositiva.